Hoy en Mientras Hago Limonada preparamos un plato típico de la zona Mediterránea: Paella valenciana.
El término “paella” procede del francés antiguo paele, que ha sido
transformado en la actual poêle. La palabra “paella” comenzó a usarse en
castellano como sinónimo de “arroz a la valenciana”, aunque, en
principio, hace referencia al utensilio en el que se prepara, y no al
plato en sí. En realidad, la paella es el recipiente donde se elaboran
una gran cantidad de platos de la Comunidad Valenciana, como la propia
paella, el arroz negro o fideguá.
La paella surge en las zonas rurales de Valencia, entre los siglos XV y
XVI, por la necesidad de campesinos y pastores de una comida fácil de
transportar y cocinada con los ingredientes que tuvieran a mano o,
simplemente, que tuvieran. Así, en su origen, los ingredientes de la
paella eran las aves, el conejo de campo, las verduras frescas al
alcance, arroz, azafrán y aceite de oliva, que se mezclaban con el agua y
se cocinaban a fuego lento, con un fuego efectuado con leñas de rama de
naranjo, las cuales le otorgaban un sabor y un aroma característicos.
No existen documentos históricos que señalen exactamente el origen de la
paella marinera, pero sí que es la alternativa costera a la paella
campesina, hecha a base de sepia, calamares, cigalas, langosta, almeja, o
clóxina (variación mediterránea del mejillón, pero más pequeña, fina y
sabrosa).
Yo soy hija de andaluces de Jaén, nacida en Alicante. Toda mi vida la he pasado en Denia, Alicante, y sin embargo hasta hace tan sólo tres años no he comido una paella más exquisita que la de Pepa, la mami de mi chico.
Sinceramente tengo que confesar que yo no la domino, todavía, pero, no pierdo la esperanza.
Voy a intentar contaros el secreto de su éxito.