Todos sabemos que las legumbres son buenas para nuestra salud y por eso deberíamos comerlas todo el año. Sin embargo, es ahora con el frío, cuando más nos apetecen.
El plato que preparamos hoy en Mientras Hago Limonada, es un potaje riquísimo y con muy poca o nada de grasa.
Está inspirado en el potaje típico de " vigilia " que se prepara en Semana Santa, pero como siempre personalizado con un toque diferente. Y es que aprovechando la temporada, vamos a utilizar de manera generosa calabaza, que va a aportar al plato además de sabor, otros nutrientes y sobretodo mucho color.
Ingredientes: ( 6 personas )
400 g de garbanzos
300 g bacalao desalado y si queréis desmigado
1 cebolla
1 cabeza de ajos entera más 2 dientes de ajo
2 rebanadas de pan
1 cucharada de pimentón de la vera
un ramillete de perejil
250 g de espinacas
400 g de calabaza
3 o 4 patatas, según tamaño
3 huevos duros
aceite de oliva virgen extra
1 hoja de laurel
1 cucharadita de cominos molidos
sal
Elaboración:
La noche de antes ponemos los garbanzos en remojo con agua caliente y bicarbonato. Antes de utilizarlos los lavaremos para enjuagarlos.
En una olla rápida pondremos a hervir, sin sellar la válvula, agua con una pizca de sal, la cabeza de ajos y la hoja de laurel. Una vez caliente, meteremos los garbanzos escurridos y pondremos, ahora si ya a presión, durante diez minutos o el tiempo que indique el libro de instrucciones de dicha olla. pasado el tiempo retiramos del fuego, dejamos que se escape el vapor y abrimos la olla. Reservamos.
En una sartén pequeña sofreímos con dos cucharadas de aceite la cebolla bien picadita con un poco de sal. Cuando esté pochadita añadimos el pimentón y rehogamos un par de minutos más. Reservamos.
A parte sofreímos el pan con los dos dientes de ajo. Una vez doradito, sacamos a un mortero, añadimos el perejil lavado y picado y machacamos todo bien.
Ponemos al fuego de nuevo la olla de garbanzos, esta vez ya sin presión, y le añadimos las patatas cortadas a cachelos y el bacalao. Perfumamos con los cominos. Cocemos diez minutos e incorporamos la calabaza a trozos y unos cinco minutos después las espinacas bien lavadas y cortadas a trozos.
A continuación añadimos la picada de pan, ajo y perjil, junto con la cebolla y el pimentón que habíamos reservado. Cocemos unos minutos más hasta que la patata esté cocida y el caldo espese. Rectificamos el punto de sal, si fuese necesario. Retiramos del fuego.
A la hora de emplatar, servir acompañado de medio huevo duro picadito repartido por encima de cada plato.
Mi consejo es guardar el potaje para comer al día siguiente, ya que de esta manera ganará en sabor y consistencia.
